A través de Alejandro Hermida de Blas (profesor de filología eslava de la Complutense y muy vinculado a la lengua checa y su cultura), me he topado con esta imagen en facebook, que publico porque me ha hecho gracia. Está, como no, basada en la Metamorfosis de Kafka. Como sabéis, Kafka era un judío checo, pobre y con no pocos problemas mentales. Si alguien ha visitado el Castillo de Praga, sabrá que vivió en la callecita de oro (Zlatá ulička). Kafka escribía en alemán, como la mayoría de los judíos checos. Solo unos pocos autores, como: Karel Poláček, František Gellner...escribían en checo. Claro, que la cosa cambió cuando empezó el antisemitismo alemán, pero a Kafka no le dio tiempo a vivir eso.
Vaya giro en la interpretación del relato: de animalejo inmundo a bocado exquisito. Ni Franz Kafka se salva de ésta... ¡Abrazos!
ResponderEliminar